Aún recuerdo cuando empecé la carrera, el batacazo que me dí -al igual que muchos de mis compañeros- cuando me dieron los resultados de las primeras notas.
Desafortunadamente, hay un desnivel entre la educación secundaria y bachillerato, y la universidad propiamente dicha, que cuando uno accede a la segunda, se encuentra con el problema de tener que superar ciertas carencias culturales para ponerse al día en la materia que uno intenta aprender.
Ojalá todo fuera tan sencillo como que los profesores se pusieran mas duros, o se seleccionaran a los mismos con unos criterios que realmente fueran beneficiosos para el alumno, y sobretodo, mirando por el bien de ellos, y no por el de los profesores en cuestión.
Sin embargo, a veces llego a pensar que simplemente le es mas cómodo al político de turno -quien dice político, dice obispo, en este caso y bajo mi parecer- tener una sociedad de ciudadanos catetos y analfabetos, para ni siquiera tener que tomarse la molestia de esforzarse para poder manipularlos, que le voten a uno, y pueda después hacer lo que le salga de las santas narices.
El sistema educativo tiene una herida mortal, y esta es la pasividad de los propios ciudadanos ante el hecho de que sus hijos posean una cultura y nivel ejemplar. Claro, es mas cómodo tener al pueblo viendo el fútbol, las carreras, etc... Como en la antigua Roma, no? Pan y circo.
Yo digo, que hasta que nosotros, el pueblo, no cambiemos la mentalidad, no va a venir un político o un obispo a hacerlo por nosotros.
Y gracias por permitirme expresar esta modesta -y seguramente- errónea opinión al respecto.
Chau
martes, 4 de marzo de 2008
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